Cómo Restaurar Lámparas Antiguas
El proceso de restaurar una lámpara es muy complejo y sutil ya que se trata de uno de los objetos más preciados del hogar. Hay tantos tipos de lámparas -cristal, bronce, de araña, etc- que es fundamental disponer de las herramientas y los productos adecuados para cada una, e invertir tiempo en el análisis de su estructura y forma antes de iniciar el proceso de restauración. A continuación daremos unos consejos sobre cómo restaurar lámparas antiguas de forma sencilla y eficiente.
La restauración de lámparas es uno de los servicios predilectos de Marga Ferrer-Dalmau, y con el tiempo ha afianzado un proceso personal de reparación que ha dado grandes frutos a lo largo de los años. El tipo de lámpara que llega al taller con más frecuencia es la lámpara chandelier (con lagrimas de cristales) debido a su delicada y fina estructura que requiere un refuerzo extra en muchas ocasiones; aunque las lámparas clásicas de madera también son habituales.
Su clave es dedicar las primeras horas en estudiar en profundidad a la lampara ya que normalmente están compuestas de varias piezas, adornos o lagrimas de cristal que exigen atención al detalle. Una vez conoce a la perfección su estructura pasa a desmontarla por completo para identificar que es lo que falta y lo que no; a veces faltan piezas de cristal, el latón está roto, los cristales están descompuestos, etc.
El siguiente paso es limpiar cada una de sus piezas para dejarlas impolutas y devolverlas el brillo perdido por el paso del tiempo. En el taller, Marga hace uso de la receta más tradicional y eficiente: agua, jabón, y muchísima paciencia y dedicación.
Finalmente, se montan de nuevo todas las piezas ; el paso más complejo y sutil de todos en la restauración de lámparas antiguas. Marga suele hacer varias fotos de la lámpara antes de desmontarla para poder tener una referencia visual cuando tiene que volver a montarla, aunque en ocasiones hay piezas que debe colocar de forma diferente a como estaban originalmente para otorgar una estructura más consistente.
Muchas veces la lámpara no está estructurada como debería; es cómo un puzzle, tienes que jugar con tu imaginación para ir encajando cada pieza en el lugar adecuado. En el caso de que falten piezas (suelen faltar lágrimas), Marga se encarga de buscar una nueva que se ajuste el estilo de la lámpara y la añade manualmente.
Como dice el dicho, "una imagen vale más que mil palabras" - por lo que a continuación mostramos un ejemplo del antes y el después de las últimas lámparas restauradas en el Taller de Marga Ferrer-Dalmau